Educación de la Interioridad: observar
06.05.2020
Hace unos meses gracias a un amigo, descubrí el blog de Stefano Cartabia "el agujero en la flauta" y debo confesar que me he enamorado de lo que este hombre transmite y me emociona enormemente que cada propuesta y cada palabra es como una explicación, sin nombrarla de lo que yo entiendo por Educación de la Interioridad.
Ahora, el autor del blog, lleva un tiempo recuperando lo que él mismo explica fue una reflexión del 2018 acerca de "del ver, actuar, juzgar, al observar, callar, fluir".He ido leyendo las tres entradas que ha publicado acerca de "observar, callar, fluir" y en todo lo que leo encuentro un reflejo, otra manera de explicar, la Educación de la Interioridad. De entrada, lo más evidente es que los tres verbos que señala Cartabia, son tres verbos que estamos conjugando constantemente en la comprensión teórica y práctica de la EI.
A todos aquellos educadores y educadores que os habéis formado conmigo o que os estáis formando, os propongo que leáis esas tres entradas y vosotros mismos/as encontréis el fondo común que existe entre la reflexión de Stefano Cartabia y el modo de educar la dimensión interior que habéis experimentado y reflexionado en las formaciones recibidas.
Pero, por mi parte, os voy ha explicar algunas de las confluencias que encuentro. Hoy me centraré sólo en el primer verbo: observar
Observar: dice el autor en su blog que el primer y decisivo paso es la observación de uno mismo. Todo empieza por uno y lo hemos olvidado. No podemos dar lo que no tenemos, ni ayudar a ver lo que no hemos visto. Tampoco podemos amar si no hemos experimentado el amor y no nos estamos amando.La observación de la realidad para implementar un método teológico-pastoral tiene su primer escalón en la práctica de la observación de sí mismo.
Esta comprensión del verbo "observar" encuentra su lugar explícito ya en el primer objetivo general de la EI: "unificación de las dimensiones de la persona", recordemos que nos referimos al camino de ir progresivamente comprendiendo por experiencia que aquello que denominamos "interior" y aquello que denominamos "exterior" no son opuestos o más bien lo son sólo para nuestra mente dual. Por otro lado, en este objetivo explicitamos que en la antropología que subyace a la propuesta, describimos al ser humano como un todo, como un ser corporeo-psico-espiritual, donde cada ámbito no funciona al márgen de los demás.En ese sentido, las técnicas a implementear para esa experiencia de mí mismo como un "todo" se sitúan en el ámbito del trabajo corporal, sobretodo de los tres a los nueve años, priorizando en un primer momento la relajación, la conciencia corporal, la respiración consciente y los juegos como medios para potenciar la propiocepción y la interocepción. Todas ellas se basan en un aprendizaje procesual de auto-observación. Desde esa auto escucha corporal, desde ese adentramiento en territorios de trato con uno mismo en el "cuerpo que voy siendo", deseamos que el alumno/a pueda conocerse mejor utilizando una observación de sí mismo amorosa, receptiva, sin juicios de valor. Para ello la vía corporal resulta un elemento iinsustituible. Pero, además, preparamos el terreno a los momentos de introspección que serán más intensos y necesarios en Secundaria y Bachillerato por la propia evolución psicológica del alumno. De los doce a los dieciocho años se hace preciso dar espacio al nacimiento de interrogantes y a la búsqueda de respuestas a las grandes preguntas por la identidad (¿quién soy?) y del sentido (¿para qué o por qué soy?). Sólo desde una pedagogía del ser que favorezca y ampare el autoconocimiento podremos ayudar a emerger la pregunta por la vocación personal, por "mi lugar en el mundo" que será tan necesaria hacia el final de la ESO y durante todo el Bachillerato.Pero no sólo se trata de favorecer la auto-observación, sino que tal mirada hacia uno mismo, nos entrene para una mirada hacia los demás y hacia el Misterio, se trata de eso otro que llamamos el cuidado de la mirada contemplativa. En los procesos formativos tratamos el tema de "lo icónico como ejercicio de la mirada contemplativa" y lo referimos al tercer contenido básico que es la apertura a la trascendencia.
Stefano Cartabia lo expresa asi: Paralelamente a este ejercicio personal podemos empezar a ver de esta manera a la realidad. La realidad es siempre concreta y se manifiesta en el aquí y el ahora. La observación se centrará esencialmente en esta aspecto. Si por algún motivo estamos llamados a considerar aspectos que se evaden del momento presente o que son más abstractos, haremos un esfuerzo para estar plenamente conscientes de lo que estamos haciendo y observando. Observamos la realidad aquí y ahora. La observamos desde el Observador consciente que hemos encontrado y experimentado. Es una observación pura, ecuánime, libre de interpretación. Simple y maravillosamente observamos.Esta última referencia a la capacidad de mirar la realidad desde los ojos de lo profundo, abierta y confiadamente, se halla implícita en el proceso tan importante de RELAJACIÓN-MEDITACIÓN-ORACIÓN que recorre los tres contenidos de la EI, el trabajo corporal (relajación), la integración emocional (meditación), y la apertura a la trascendencia (meditación-oración).
Hasta aquí algunas confluencias referidas al verbo "observar". No quiero alargarme en demasía ya que habría muchos más detalles que mencionar, ideas, recorridos pedagógicos a los que referirnos. Baste lo anterior como una muestra. Os refiero al blog de Stefano Cartabaia (el agujero en la flauta) para que, leyendo su reflexión, continuéis buscando esas confluencias con nuestro modelo de EI.